Hoy celebramos algo verdaderamente especial: el Primer Festival de Cortometrajes del Hogar Escuela, una muestra del talento, la creatividad y la sensibilidad de nuestras niñas y niños. Cada historia que veremos hoy nació de su imaginación, de sus sueños y de su manera única de mirar el mundo. Este festival no solo es una vitrina de pequeños grandes artistas, sino también un homenaje al poder de la educación que inspira, que acompaña y que cree en la expresión como una forma de aprender y transformar. A nuestros estudiantes, gracias por atreverse a contar, a crear, a soñar con una cámara en mano. A sus familias, gracias por el apoyo incondicional, por creer en sus hijos y acompañarlos en este hermoso proceso de descubrimiento. Hoy no premiamos solo cortometrajes: celebramos la voz de la infancia, el arte como puente y la educación que despierta el alma. Bienvenidos a una jornada de emoción, imaginación y muchas historias que nos recordarán por qué vale la pena seguir soñando.